Amiga tejedora del ALMA, quiero compartirte 4 frases que me alejan del miedo, estas frases me ayudan a salir del cuarto oscuro en el que entro cuando tengo miedo, angustia y ansiedad.
Puedes reflexionar en ellas mientras estás tejiendo o en cualquier momento en que lo necesites.
Estas frases mas que repetirlas te invito a sentirlas, a hacerlas tuyas, a escribirlas y grabarlas en tu ADN.
- Soy hija de Dios, por lo tanto soy Amada, Sostenida y Cuidada en todo momento.
- Mi mayor poder está dentro de mí, Dios me da amor que hecha fuera todo temor.
- Encuentro tranquilidad y confío en la guía Divina que me inspira y me lleva donde tengo que estar y lo que debo hacer.
- Soy creativa, puedo expresarme sin temor, valoro cada cosa creada por mí ya que fue hecha con el mayor amor.
Nuestros miedos son diferentes, sin embargo, la mayoría de nuestros miedos no son reales, son historias falsas que están en nuestra mente, al sentir estas frases nos ayudan a ir reprogramando la mente e ir cambiando patrones, sustituyendo antiguos hábitos de pensamientos, por una nueva forma de pensar.
Los primeros pasos de esta transformación la puedes realizar a través del TEJIDO CONSCIENTE como práctica meditativa que involucra el corazón, el cuerpo y el espíritu.
Finalizo recitando textualmente este fragmento del libro un año de milagros de Marianne Williamson:
“NO NECESITO PREOCUPARME POR SABER SI EL UNIVERSO BUSCA MI MAYOR BIEN, YA QUE SU INTENCIÓN ES QUE TODOS LOS SERES RECIBAN SU MAYOR BIENESTAR.
EL TEJEDOR DIVINO SIEMPRE ESTÁ TRABAJANDO. YO SOY UN HILO EN EL TAPIZ ETERNO DE LA CREACIÓN DORADA DE DIOS, TANTO COMO LOS DEMÁS.
ACEPTAR ESTO ME PERMITE RELAJARME EN LA CERTEZA DE QUE SOY BENDECIDO. SIENTO PROFUNDAMENTE ESTA BENDICIÓN AL ELEGIR BENDECIR A OTROS”
Y en ese estado de bendición, tu corazón se llena de amor y confianza en la providencia, sabiendo que el tejedor Divino cuida de ti, por eso no cedes tan fácilmente al ataque del miedo, en presencia del amor se disipa el miedo, como cuando en presencia de la luz se disipan las sombras.
Con amor,
Aleidy Trómpiz.